La
apnea
obstructiva del sueño es un intento de respirar a través de
nariz y boca, sin conseguirlo adecuadamente
y es causada por problemas de
paladar
blando, úvula, nariz, o la
base de
la lengua.
Además, puede ocasionar la falta de oxígeno y sueño inadecuado
a la persona que ronca. Se presenta en 9% de los hombres y el 4% en las mujeres
y es más frecuente cuando la edad es más avanzada.
Las personas pueden estar somnolientas durante el día o
quedarse dormidas en el trabajo o manejando, además de que puede presentar
presión alta y hasta un ataque cardiaco.
Las personas con apnea obstructiva del sueño son roncadores
crónicos que dejan de respirar al dormir por breves periodos (más de 10
segundos cada uno) y en múltiples ocasiones (más de 5 veces por hora).
Esto es muy bien descrito por aquellos que conviven con
una persona que ronca y padece una apnea del sueño. Mientras duerme, el
paciente detiene la respiración, boquea o se ahoga, generando que el corazón tenga
que bombear más veces y con mayor fuerza para que la sangre llegue a los
tejidos, causando latidos irregulares, que tras varios años desencadena una
hipertensión arterial y un
agrandamiento del corazón.